De la pintura informalista al fotolibro de postguerra (1945-1965)
A partir del 26 de febrero.
La Europa –y el mundo– posterior a la Segunda Guerra Mundial vio nacer una pintura radicalmente distinta a la del periodo de entreguerras. Al cubismo, los expresionismos o el surrealismo les sucedió una forma de pintura que precisamente se cuestionó pictóricamente y de un modo muy radical su "forma". A ese "otro" arte, conocido desde entonces como "informalismo", dio voz ya desde 1952 el crítico francés Michel Tapié en su libro Un art autre [Otro arte], desde cuyo subtítulo, Où il s'agit de nouveaux dévidages du réel [Cuando se trata de nuevos vaciados de lo real], ya se avanzaba el deseo por parte de su autor de tratar de las nuevas formas, de los nuevos dévidages [vaciados] que habían acontecido a lo real. La pintura de postguerra en toda Europa, en efecto, había empezado a servirse de "otros" materiales, de baja extracción y muy distintos a los nobles y convencionales materiales de la pintura: arenas, yesos, cartones, papeles, arpilleras, trapos y tejidos y toda clase de residuos y despojos; los artistas los utilizaron combinándolos, fragmentándolos, destruyéndolos o construyendo con ellos sobre el lienzo superficies y masas –en ocasiones muy densas– de materiales heteróclitos de apariencia informe o deformada, trabajados de formas también nuevas: con las manos, con espátulas y paletas; embadurnándolos, cosiéndolos, rasgándolos, pegándolos (y despegándolos), manchándolos o pintando con ellos. Los gestos de la pintura, en fin, cambiaron tanto como sus materiales y sus soportes, porque su tema había pasado a ser ella misma y sus formas –o sus deformaciones–.http://www.march.es/arte/madrid/exposiciones/lo-nunca-visto/?l=1
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