Desde hoy y hasta el 15 de agosto de 2016 podemos contemplar una buena colección de obras de Wifredo Lam en el MNCARS. Su obra es fruto de la circulación de ideas y lenguajes; del deseo de configurar un medio singular y propio desde el que tensionar y desestabilizar las certezas y categorizaciones de cualquier signo. Nacido en Cuba, en 1902, se traslada a España en 1923 para estudiar en la Academia de Bellas Artes de Madrid. Interesado por las cuestiones sociopolíticas que le rodean, entrada la década de los años treinta, se compromete con la causa republicana. En 1938, el devenir de la Guerra Civil lo fuerza a un exilio en París. En 1941, con el ánimo mermado tras dos exilios, emprende una vuelta a su país natal. La Cuba del régimen de Gerardo Machado, marcada por la precariedad, la corrupción y el racismo, le decepciona profundamente y le lleva a entrar en contacto con la escena artística e intelectual de la isla para construir un relato divergente de la identidad cubana. La exposición, con más de 200 obras (pinturas, dibujos, grabados, cerámicas) y otros tantos documentos (cartas, fotografías, revistas, libros), presentan la singular trayectoria de este artista que abre una brecha en las lecturas lineales de la modernidad eurocéntrica, proponiendo un relato divergente y ecléctico, que invita a la reconsideración constante de su práctica y de las reducciones binarias de centro-periferia.
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